Niño-del-viento
Éste es un poema (poema-canción, canción-naná?) escrito hace mucho tiempo (ya lo veis en la fecha). No es de mis primeros poemas (mucho más oscuros y rebuscados) y al rescatarlo ahora me sorprende a mí misma por lo inocente, por lo rimado (yo, tan ajena a ella). De todos modos, y ya que aparece cierta rima, mi primer reflejo actual fue introducir cambios para intentar mejorarlo. Después pensé que si hace tantos años escribí esto -y lo escribí de este modo- tendría más encanto -y sería más honesto- mantenerlo tal y como fue concebido. Y así os lo dejo.
También quiere ser un homenaje a García Lorca; utilizo en él muchos elementos del mundo lorquiano.
Disfrutad de todo lo bueno de la vida.
Niño-del-viento
Aires color cobalto vienen temprano
a mirarte mi niño desde el rellano.
A mirarse en tus ojos color de cobre,
mira cómo pronuncian ahora tu nombre.
Aires color cobalto se van cantando
después de verte mi niño bien arropado.
Te habla niño-del-viento el horizonte,
quién te meció cantando allá en el monte.
Quién te acunó mi niño acá en el mar
que las aguas te llaman sin descansar.
Agua salada corre por tu costado,
duerme niño-del-mar acurrucado.
Acurrucado sueña entre las olas
que el nuevo día viene con caracolas.
Con caracolas niño, flores del mar,
que ya quieren tenerte sin esperar.
Sin esperar te invade, el mar te riega
¿no prefieres mi niño mimar la hiedra?
El salitre se esconde en tus dos cejas
como el tímido amante tras de las rejas.
Vamos lejos mi niño, que viene el frío
a meterse en tus dedos color de olivo.
¡Qué húmedo viene el viento!... como rocío
a empapar el deseo de tus suspiros.
Asun Monsalve
septiembre de 1996
También quiere ser un homenaje a García Lorca; utilizo en él muchos elementos del mundo lorquiano.
Disfrutad de todo lo bueno de la vida.
Niño-del-viento
Aires color cobalto vienen temprano
a mirarte mi niño desde el rellano.
A mirarse en tus ojos color de cobre,
mira cómo pronuncian ahora tu nombre.
Aires color cobalto se van cantando
después de verte mi niño bien arropado.
Te habla niño-del-viento el horizonte,
quién te meció cantando allá en el monte.
Quién te acunó mi niño acá en el mar
que las aguas te llaman sin descansar.
Agua salada corre por tu costado,
duerme niño-del-mar acurrucado.
Acurrucado sueña entre las olas
que el nuevo día viene con caracolas.
Con caracolas niño, flores del mar,
que ya quieren tenerte sin esperar.
Sin esperar te invade, el mar te riega
¿no prefieres mi niño mimar la hiedra?
El salitre se esconde en tus dos cejas
como el tímido amante tras de las rejas.
Vamos lejos mi niño, que viene el frío
a meterse en tus dedos color de olivo.
¡Qué húmedo viene el viento!... como rocío
a empapar el deseo de tus suspiros.
Asun Monsalve
septiembre de 1996