Jardín Botánico Atlántico de Gijón

Leer el paisaje domingo 10 de junio

Éste era el marco para la lectura de nuestros poemas. Y una mañana soleada que terminó en tormenta.

No voy a dejaros ninguno de los poemas que leí en esta ocasión porque todos ellos están ya colgados en el blog. Tampoco dejo hoy nada nuevo de mi propia masa porque tengo cinco poemas abiertos que soy incapaz de cerrar. Y este blog -como alguien apunta en un comentario- está cayendo en el abandono.

Y como eso no puede ser (sobre todo porque yo os echo de menos) voy a haceros dos regalos aunque no sean míos. Os dejo dos poemas breves de Amalia Bautista; una poeta de la que yo conozco muy poco, pero lo que he leído me resulta fresco y sugerente. Me apetece, por eso, compartirlo.

Que os gusten. Que os sugieran. Que os muevan.

Marisa, Javier y Rosa, en el recital de ayer.
A la derecha, Javier Almurara (él sí, realmente poeta).

Jose Ramón, Carmen y yo.

Al cabo

Al cabo, son muy pocas las palabras
que de verdad nos duelen, y muy pocas
las que consiguen alegrar el alma.
Y son también muy pocas las personas
que mueven nuestro corazón, y menos
aún las que lo mueven mucho tiempo.
Al cabo, son poquísimas las cosas
que de verdad importan en la vida:
poder querer a alguien, que nos quieran
y no morir después que nuestros hijos.


Cuéntamelo otra vez...

Cuéntamelo otra vez: es tan hermoso
que no me canso nunca de escucharlo.
Repíteme otra vez que la pareja del cuento
fue feliz hasta la muerte,
que ella no le fue infiel,
que a él ni siquiera se le ocurrió engañarla.
Y no te olvides de que,
a pesar del tiempo y los problemas,
se seguían besando cada noche.
Cuéntamelo mil veces, por favor.
Es la historia más bella que conozco...

Amalia Bautista