Mi eje de rotación

Abejaruco común*
Desde que llegaste a mi costado
encontraste la parte más fértil
de mi sueño.
Tú, lo más asombroso,
lo más irrenunciable.
Fuiste tú el que llegaste
a la hora de los búhos.
Tú, el rojo de mis labios,
en mi calendario tú la fiesta,
la bisectriz de mis cuadros,
el arco iris de mi tormenta.
El sonido de mi tiempo, tú.
La calma de mi galerna.
El amarillo brillante
del abejaruco, tú.
Y en el fondo de tus ojos
esa rosa de los vientos
que visito si me pierdo
en corrientes turbulentas.
Hoy te siento como siente
el eje de rotación la Tierra.
Lánzate ahora a la vida
-y luego a la muerte-
con la mirada despierta.

Asun Monsalve
octubre de 2007
* La foto del abejaruco es de Ángel Pulido Domínguez. Muchísimas gracias. Es un lujo.