
Se encuentran maravillas en los libros de poesía; en los libros de buena poesía. Me encuentro, casualmente, un poema de Wislawa Szymborska, una poeta polaca completamente desconocida para mí. Una de esas perlas que oyes, que lees y que a partir de ahí se quedará siempre contigo. Este poema, lo confieso, me encantó cuando lo escuché en la voz de José María Pou (¡qué voz!) y me sigue entusiasmando al releerlo. Os lo dejo aquí para que podáis disfrutarlo conmigo.
CONTRIBUCIÓN A LA ESTADÍSTICA
De cada cien personas,
las que todo lo saben mejor:
cincuenta y dos,
las inseguras de cada paso:
casi todo el resto,
las prontas a ayudar,
siempre que no dure mucho:
hasta cuarenta y nueve,
las buenas siempre,
porque no pueden de otra forma:
cuatro, o quizá cinco,
las dispuestas a admirar sin envidia:
dieciocho,
las que viven continuamente angustiadas
por algo o por alguien:
setenta y siete,
las capaces de ser felices:
como mucho, veintitantas,
las inofensivas de una en una,
pero salvajes en grupo:
más de la mitad seguro,
las crueles
cuando las circunstancias obligan:
eso mejor no saberlo
ni siquiera aproximadamente,
las sabias a posteriori:
no muchas más
que las sabias a priori,
las que de la vida no quieren nada más que cosas:
cuarenta,
aunque quisiera equivocarme,
las encorvadas, doloridas
y sin linterna en lo oscuro:
ochenta y tres,
tarde o temprano,
las dignas de compasión:
noventa y nueve,
las mortales:
cien de cien.
Cifra que por ahora no sufre ningún cambio.
Wislawa Szymborska
Traducción del polaco: Gerardo Beltran
Del libro Instante. Ediciones Igitur, (Colección Igitur-Poesía nº 25)