miércoles, julio 19, 2006

Éste es un poema dedicado a esas zonas oscuras de la mente, esas zonas de tinieblas en las que todos a veces entramos y en las que algunos se quedan definitivamente.



Esperando al delirio

También hoy presintió la llegada del delirio.

Había oído decir, en algún corrillo,
que cuando el delirio se acerca y viene de frente,
hay que buscar un lugar donde apoyar la espalda
y apretar bien los dientes.

Pero esta vez le pilló sentado,
acodado en una mesa cualquiera
de cualquier lugar desmantelado, nocturno y oscuro.
Medio vaso derramado, el tedio en las venas.

Su cerebro apremiándole impaciente,
acercándole al precipicio,
sentándole frente a frente con sus fantasmas.
Monstruos sin identificar que,
a dentelladas, van destruyendo sus recuerdos
hasta hacerlos tan fríos que parecen ajenos.

El pensamiento alterado, perdidas las riendas,
mezclando, como un trilero, lo real y lo que no lo es.
Estás pillado, compañero, te dijeron ayer. Perdido.

Y entendió, con la intensidad de un relámpago,
que esa noche,
a partir de esa precisa noche,
todo sería diferente.

Porque otros días,
mucho más pronto que hoy,
el pensamiento turbio se diluye,
la alucinación se desdibuja,
el delirio deja paso a lo cabal.
Porque otras noches, a estas horas,
las serpientes consiguen ser sólo serpientes.

Parecía un buen hombre,
pero no lo era.
Podría haber esperado cuatro minutos más
apoyado en aquella pared,
pero no lo hizo.
Y eso cambió su destino.

Él no lo sabía, pero era ya un cadáver
completamente muerto.

Asun Monsalve

julio de 2006








2 Comments:

Blogger gaia56 said...

Muy lúcida, nada oscura la neurona que nos enseñas...
Aquel delirio le acompañaba siempre, no supo buscar la pared adecuada donde asirse.
creo yo...

11:54 p. m.  
Blogger Azpeitia poeta y escritor said...

Esa hermosa neurona que preside tu verso, es la que preside nuestra vida.
Cuando los millones de inervaciones que mueven nuestra CPU biológica deciden cortocircuitarse...la vida se desmaya...Me gusta la descripción poética de ese momento en que la vida decide abandonarnos, sea quien sea el protagonista...la vida es egoista...me gusta lo que escribes y cómo lo escribes...un abrazo de azpeitia

4:46 p. m.  

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