lunes, abril 21, 2008

Fresca estadística


Se encuentran maravillas en los libros de poesía; en los libros de buena poesía. Me encuentro, casualmente, un poema de Wislawa Szymborska, una poeta polaca completamente desconocida para mí. Una de esas perlas que oyes, que lees y que a partir de ahí se quedará siempre contigo. Este poema, lo confieso, me encantó cuando lo escuché en la voz de José María Pou (¡qué voz!) y me sigue entusiasmando al releerlo. Os lo dejo aquí para que podáis disfrutarlo conmigo.



CONTRIBUCIÓN A LA ESTADÍSTICA


De cada cien personas,
las que todo lo saben mejor:
cincuenta y dos,

las inseguras de cada paso:
casi todo el resto,

las prontas a ayudar,
siempre que no dure mucho:
hasta cuarenta y nueve,

las buenas siempre,
porque no pueden de otra forma:
cuatro, o quizá cinco,

las dispuestas a admirar sin envidia:
dieciocho,

las que viven continuamente angustiadas
por algo o por alguien:
setenta y siete,

las capaces de ser felices:
como mucho, veintitantas,

las inofensivas de una en una,
pero salvajes en grupo:
más de la mitad seguro,

las crueles
cuando las circunstancias obligan:
eso mejor no saberlo
ni siquiera aproximadamente,

las sabias a posteriori:
no muchas más
que las sabias a priori,

las que de la vida no quieren nada más que cosas:
cuarenta,
aunque quisiera equivocarme,

las encorvadas, doloridas
y sin linterna en lo oscuro:
ochenta y tres,
tarde o temprano,

las dignas de compasión:
noventa y nueve,

las mortales:
cien de cien.
Cifra que por ahora no sufre ningún cambio.


Wislawa Szymborska
Traducción del polaco: Gerardo Beltran
Del libro Instante. Ediciones Igitur, (Colección Igitur-Poesía nº 25)

lunes, abril 14, 2008

Paisaje tras la batalla

El tema elegido por el grupo para el mes de abril era la guerra; todas las posibles caras de la guerra: las guerras interiores, las personales, las que tienen como pretexto ideas, conflictos, tierras...



Nada tan vacío como el espacio
después de la batalla.
Ocurrió apenas ayer,
el enemigo se acercaba lento
como quien camina sobre grava
como serpiente que espera en la trampa.

Y tanto cuerpo a tierra
y tanto cuerpo a cuerpo,
tanta triza, tanta ruina y
tanta nada.
Ahora sólo rezos,
quebranto, eco en las jaras
y viento.

No hubo trinchera donde descalzarse,
ni armisticio, ni barricada.
Ahora sólo hay silencio, miedos y ruegos.
El silencio de lo perdido,
de lo definitivamente muerto.

En la frontera de la tarde
escupen sangre los vencejos.
No es hoy tiempo de palomas.

Se arrastraba ayer la muerte
por los alrededores.
Se acercaba para huir luego
con inquietante cautela;
con el sigilo de los zorros,
el disimulo de los traidores.
Se fue por donde otros se fueron.

Ya no tienen los vencejos
ni voz, ni canto, ni vuelo.

Así llegó la guerra,
puntual como el invierno.
Pero vendrán más lluvias,
soplará duro el tiempo
y muy pocos recordarán
que aquí murió algo nuestro
en esa larga noche
en la que todo se retorcía
XXXXXXXXXXXXhasta la tierra y el viento.

Asun Monsalve
abril de 2008

lunes, abril 07, 2008

Primer domingo de abril, Jardín Botánico















Víctor, Alberto, Jose Ra, Maypi, Loli, Carmen, Asun, Pipo y Armando (amigo y en el día de hoy, poeta invitado). Cómo seguimos disfrutando compañeros (a los que no estaban los echamos de menos).


Gracias a todos los amigos que siguen nuestras palabras. También a todos aquellos que, casualmente, se encontraron con ellas y decidieron detener su paseo por el Jardín para acompañarnos. Entre los cedros, los hayedos... en la aliseda, cualquier palabra parece
cobrar otro significado.

"... Porque en este lugar
inquietante y jugoso,
nada es su nombre a secas.

Aquí, en el Jardín,
un lugar de leyes sin dominio,
hoy se apaga el silencio de los pájaros
para escucharnos mentir.

Porque estos rincones,
anhelados como el rostro
de un antiguo cómplice,
son aptos para la mentira,
para la invención,
para la impostura.
Porque este lugar forma parte
de éste y de otros mundos." (...)

(Asun Monsalve. Fragmento de "Invéntate este lugar")


Víctor cantando una de sus nuevas canciones